¡Bienvenidos!

Este blog parte de "El Diario Violeta de Carlota" de Gemma Lienas. Mi intención es exponer las ideas más importantes que trata el libro y aportar vídeos, imágenes y noticias relacionadas con el machismo y feminismo, porque lo que quiero es que nos pongamos las gafas violetas como lo hizo Carlota y abramos los ojos ante la cruda realidad machista en la que vivímos. Quiero que sea un grito a la sociedad que parece dormida e

incosciente ante esta injusticia que es el machismo.





viernes, 8 de enero de 2010

CARTA

Antes de nada agradecer todos los apoyos que he recibido... hoy me ha felicitado mi profesora por el blog. Así que GRACIAS A USTEDES que hacéis que el tiempo que con tanto cariño dedico al blog y a que ésta lucha sea visible y sea así recompensado... Estoy cada vez con más ilusión por hacer posible este pequeño grito al mundo. ¡GRACIAS! Aquí os dejo una nueva carta:

"Hola: Me llamo Efua y vivo en Somalia, en África. Hoy es mi cumpleaños: cumplo seis y estoy triste porque me gustaría no tener que crecer nunca, nunca. Tener seis años para siempre, para toda la vida... Éste es mi único deseo. Pero es un sueño imposible, lo sé. Y por eso, dentro de un año, cuando cumpla siete, me van a hacer la ablación. A lo mejor, tú ni siquiera has oído hablar de esto, ¿verdad? ¡Que suerte tienes! Quiere decir que vives en un país en el que no se mutila a las niñas. En el mío, como en muchos otros de África o de Asia, por culpa de la tradición a las niñas, antes de que entremos en la pubertad, nos cortan el clítoris. Aunque yo no he pasado por esa experiencia, sé que es horrible. El año pasado oí los chillidos de mi hermana Rosalie cuando se lo hacían. Después, me explicó que había luchado como una fiera para que no pudieran cortárselo. Finalmente, habían tenido que sujetarla entre siete mujeres para conseguirlo. De noche fui a verla y no hacía más que llorar y sangrar. Continuó sangrando durante muchos días. Yo temía que se muriera. Algunas niñas se mueren por culpa de la hemorragia o por las infecciones. Rosalie no se murió. Ahora ya hace meses que se lo hicieron, pero aún no tiene la herida bien cerrada. Se ve obligada a caminar con las piernas abiertas porque le duele. Además, cada vez que hace pipí, le escuece muchísimo y llora aunque quiera aguantarse las lágrimas. Mi prima, Zenebú, que tiene quince años, dice que hacer pipí es doloroso, pero mucho más lo es cuando te tienes que meter en la cama con un hombre para tener relaciones sexuales. Ella lo sabe porque cuando tenia doce años, Getu, un hombre de treinta y dos años del pueblo, la raptó porque quería convertirla en su mujer... ¡Vaya!, en la segunda mujer, porque, de hacho, ya tenía una, pero se ve que no le gustaba. Abandonó a su primera mujer y negoció con los padres de Zenebú para casarse con ella. Aunque ella no quería, los padres accedieron; la opinión de Zenebú no contaba. A partir de aquella noche, Getu se mete en la cama con ella. Dice que, por culpa de la ablación, las relaciones sexuales son muy dolorosas. Además, también duele en el momento del parto. Zenebú lo sabe porque ya tiene un hijo de un año y está esperando a otro. Le he preguntado a mi madre por qué tienen que hacerme la ablación. Mamá dice que es la costumbre de nuestro país. Me consuela contándome que hay otros países donde es peor, porque a las chicas, además de cortarles el clítoris, les cortan los labios de la vulva y les cosen la vagina. Sólo las descosen cuando es hora de casarlas; si no, sería imposible que tuvieran sexo con el marido. Yo se que mamá me lo cuenta par quitarme el miedo. Pero no lo consigue. Tengo tanto... Tengo miedo de las manos de la mujer encargada de cortarme los órganos sexuales. Tengo miedo de pensar en sus manos sosteniendo una navaja. Miedo de pensar en el momento en el que colocará la navaja entre mis piernas y, ¡zas!, me arrancara un trozo de carne. De mi carne ¡Mía y de nadie más! miedo del dolor que voy a sentir el resto de mi vida. Y miedo de morirme de la hemorragia y de una infección. Me gustaría ser pequeña para siempre jamás.”
Solo pensar, reflexionar...

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